tu prima la cati

vericuetos variados

domingo, septiembre 30, 2007

Casa Nueva, Vida Nueva

Queridos primitos:

Os escribo después de taaaantos meses (he cerrado por vacaciones) para daros el notición del siglo. La Prima Cati se ha emancipado.

Que tiemble el Km 0.

Porque la Cati, en su afán de irse a vivir al centro de la capi, se ha trasladado a la Puerta del Sol. Toma ya.

Vivo en una casa luminosa, de colorines y con dos mascotas: el Paco y la Paca. Gato y perra respectivamente.

Estoy excitadísima pensando en mi nueva y agitada vida social y cultural (y sexuarr, todo sea dicho). De hecho, apuntito he estado de estrenar durante mi primer día en la casa mi nueva cama gigante con colchón de látex (y que hay que dar la vuelta cada dos meses, porque el látex debe ser un material muuuyy delicado). Pues el látex se ha salvado de la quema (y nunca mejor dicho) por la última perlita de El Persu.

Ahhh, pero es que os tengo que poner en antecedentes....

UN DOMINGO EN VALDEMORO

El Persu, de sobra conocido por todos los primos de la Cati, continúa en su afán persuasivo (de cinco años) con La Cati. Afán que se ha acentuado durante este verano.

Un verano de trabajo muy intenso en el que sólo he gozado de una semana de vacaciones y en el que no he gozado nada sexuarmente porque todo diox ha emigrado del asfalto infernal de la capi.

Eso, unido a la triunfal desaparición de Mr. Teeth (que merece otro post aparte, las Performances de este chico son realmente espectaculares), me ha producido un instinto salidorro durante el summer totalmente comprensible si tenemos en cuenta mi ajetreada primavera sexuarrr.

Y El Persu siempre está a mano. Y me cuida, y me agasaja, y aguanta todos mis desplantes. Y claro, se lo estuvo currando intensamente hasta que un domingo me sorprendí a mí misma cogiendo el teléfono para ir a verle a su pueblo, a esa hermosa localidad del sur madrileño: VALDEMORO

EL PERSU MOTORIZADO

Y entonces apareció él. Con una moto rockera y gafas de sol.

Con el pelo alborotado y unas ropas muy ajustadas.

Y la Cati no pudo resistirse y se abrazaba con furia a su cintura en su tour valdemoreño. Él me iba enseñando las joyas de tan hermosa localidad. "La Piscina Municipal a tu derecha", "El cementerio a tu izquierda", me explicaba muy serio. Y yo asentía haciéndome la súper interesada.

Y de pronto me planta en casa de su hermano, y en un periquete me veo a mí misma sentadita en el salón con la cuñá comiendo unos panchitos y rodeada de sobris que me preguntan si soy la novia del Persu.

Al principio me lo tomo con sentido del humor. Pero poco a poco me empiezo a aturullar y me entran unos calores sobrehumanos.

El Persu se sienta con el sobrino a jugar una partida a la Play. Durante cerca de media hora la Cati deja de existir para él. Tío y sobrino sufren calambres, sacudidas y pronuncian un surtido variado de onomatopeyas mientras yo le doy bola como puedo a la cuñá que me habla de los niños y de las vacaciones en Benidorm. Noto que me empiezo a poner roja de tanto calor y agobio. Miro al Persu de reojo varias veces, pero él ni se inmuta. Tiro la Coca Cola. "¡Alegría", dice la cuñá. Y yo ya empiezo a marearme cuando El Persu anuncia que nos vamos. Qué bien.

Pero no me propone un suculento plan, sino que me lleva a casa de unos machorros colegas que están viendo el fútbol en casa de uno. Noto cómo un enjambre de machorros ibéricos me olisquean y fichotean de arriba a abajo para darle la aprobación al Persu. Además hacen bromas sobre el tamaño del "aparato" de El Persu, y me miran de reojo entre sonoras risotadas.

Luego vienen las novias, que estaban de compras, y me dicen "no me suenas", con voz de pija de Valdemoro (si es que en Valdemoro hay pijas), y me hacen el mismo escáner pero en femenino. Uséase, mirada aprobatoria de arriba a abajo, con especial atención a mi indumentaria. Se hacen las colegas y me enseñan triunfales sus compras en las rebajas. Se esfuerzan en hacerme confidencias femeninas y me enseñan la casa (recién adquirida por una de las parejas) haciendo especial énfasis en las telas de los sofás y de las cortinas.

Yo, a todo esto, me hago la maja como puedo.

Pero ya no aguanto más y hay mucha birra y mucha sangría y mucho rule de cigarritos de la risa. Y me entra una especie de ataque de furia por beber y fumar a lo bestia para soportar tal domingo valdemoreño. Al rato estoy que me caigo de la moña que me cojo.

Y llega la hora de la verdad y el Persu me dice que vayamos a un garito de un amigo.

EL COWBOY

Siento mi meta cercana. Craso error. Porque tanta cuñá, tanto sobrino, tanta play y tanto machorro ibérico me gusta el fútbol han hecho su mella. Y me entra la vena rebelde que tanto temo de mí misma y en cuanto veo al Cow Boy que está detrás de la barra y que resulta que es el amigo de El Persu, me entra un furor uterino imposible de controlar. Inmediatamente, y desde la primera mirada, le empiezo a calentar cual zorrilla apestosa. El Persu se hace el longui y el Cow Boy me folla con la mirada. Y yo me dejo, claro. Y empieza a ponerme música que me gusta. Y entonces imagino que el Cow Boy no me hubiera llevado a casa de sus sobris, ni a ver el fútbol en casa de sus amigotes, ni me hubiera dicho "ahí está la Piscina Municipal, y ahí el Cementerio". Mi imaginación vuela e imagino una tarde valdemoreña muy distinta y de alta temperatura.

El Persu, para más inri, está muy cortado al verse a solas conmigo, supongo, y me dice chorradas tales como esta:

Cati: "Voy al baño"
Persu (a la vuelta): "Qué has hecho pipí o popó?"

Otra: "Ese es el sonido que hacen tus bragas cuando te las pones?" (ante mi jugueteo con su pulsera elástica). Increíble. Entonces a mí me entra un ataque de furia y despotrico contra él toda mi rabia acumulada durante años contra el sexo masculino: "Desde luego eres gilipollas". Se queda cortado y no sabe qué decir.

Pero para más contradicción de la Cati, cuando nos despedimos le doy un par de muerdos. El tío flipa.

Y DESDE ENTONCES NUNCA FUE LO MISMO

Lo más gracioso de todo es que parece asustarse y todo se enrarece a partir de mis inesperados muerdos. Un día se lo digo "Persu, te noto un poco rarito, no me digas que después del par de muerdos que te dí en Valdemoro te has asustao". Me dice que no, pero no concretamos volver a quedar a pesar de que me llama sin parar.

Pero la guinda del pastel fue el otro día cuando, siendo ya tarde, le digo entre risas "Persu, es que estoy tan cansada que no puedo mantener un diáologo coherente"y me dice "Tranquila, que yo estoy aquí jodido esperando a que acabe esta conversación para subir a la moto e irme a mi casa". Y le contesto "Pues no haberme llamado", y me dice "Es que he calculao mal el tiempo del recorrido de casa de mi hermano a la moto, pensaba que me iba a dar más tiempo a hablar".

Patidifusa me quedé

Pasan unos días y me vuelve a llamar insistentemente. No se lo cojo. Pero he pensado que la próxima vez se lo voy a coger y le voy a decir "Uy, Persu, es que estoy calculando el tiempo desde mi curro hasta mi coche, y no me va a dar tiempo a hablar contigo. Hasta luego!". Y me voy a quedar más fresca que el chocho una rana.

Asi que me parece a mí que el látex va a tener que esperar, porque además no tengo ningún otro mozalbete a la vista, pero es que el furor uterino me invade y no puedo mássss....
Me aburro

Etiquetas: