tu prima la cati

vericuetos variados

domingo, junio 15, 2008

Mayo, o el lenguaje de las flores

Ya sé que estamos en Junio (aunque no lo parezca).

Ya sé que eso de "o el lenguaje de las flores" se lo he copiado a Lorca.

Pero es que la influencia de Mayo todavía ejerce poder sobre mí.

Es el mes en el que la primavera llega a la ciudad, se te revolucionan las hormonas y el polen se te incrusta por todos los poros de tu piel.

Este Mayo ha sido diferente porque he entablado una curiosa relación platónica- eróticasutil, precisamente con Mayo, mi profesor de yoga, un hippy vegeta feo con ganas, pero que me tiene loca.

Mayo es natural como la vida misma. Es como su nombre de raíces de comuna. De colorines, sonriente, suave, alegre y luminoso.

Pero lo que más me pone es su pelo. Tiene unos bucles castaños como de niño pequeño que se le ponen en la cara, pero que no consiguen taparle sus ojos risueños ni su tez amarillenta. Ese color parduzco que tienen los vegetas acérrimos.

Mi hermano dice que tiene pinta de tirarse el día fumao. Pero a mí me gusta, ya sabeis la extraña facilidad de la Cati de prendarse de individuos como este.

El caso es que nuestra relación se basa en las miraditas y en las cosas no dichas. Esas cosas que ponen tanto porque en realidad te las imaginas. Dejas volar tu imaginación y entonces creas unos paraísos perdidos y artificiales ajenos a la realidad. Pero mucho mejores.

Él me mira por entre sus rizos en medio de posturas tan complicadas y antilujuriosas como la vela o la contrapostura del pez.

Pero el yoga también tiene su morbo: los momentazos rotación de cadera en redondo, al más puro estilo río da janeiro, no tienen desperdicio. O la del gato (a cuatro patas), o la del puente (tumbada con el pelvis hacia arriba). A mí esas en realidad me dan mucha vergüenza. Me pongo roja, no le puedo mirar y las hago a medias. Con lo bien que se me da a mí contonear el culete, coño.

El otro día me lo encontré llegando al centro cultural donde se imparte la clase, oportunidad única para saludarle y entrarle como quien no quiere la cosa, paraguas y lluvia incluidos. De lo más romántico, no me digais. Además, muy inocente, cosas del azar. Bueno, pues como una gilipollas, y para no encontrarme cara a cara con él, dí un rodeo a una fuente de esas horribles que pone el gobierno del PP en la puerta de algunos centros culturales, mientras le sonreía y mascullaba un "hola" en la lejanía. Para matarme. Yo creo que de hecho se notó más que me molaba así, por el rodeo tan estúpido y ortopédico y sin venir a cuenta que dí. El me sonrió a través de la lluvia y los bucles.

Días después, me sale un trabajo y tengo que dejar de ir. Horreur. Le voy a pagar al final de la clase, con mucho corte por la proximidad, roja como un tomate, y él me mira a los ojos, sonriendo, y trata de darme conversación. Pero yo me piro rápido. Otra vez sunormaloide.

Pero el último día ya no pude más. Porque volví. Y el que se despedía era él porque se iba de ermitaño a las montañas. Esas cosas que hacen los hippys vegetas, ya sabeis. Y que me ponen tanto. Me lo imagino en un refugio en medio de un bosque, con chimenea y olor a madera y a tierra mojada, y mi imaginación comienza de nuevo a fantasear....De repente, al final de la clase, comienza a pedir a todas el correo electrónico...a todas menos a mí ( el resto tiene de 50 años para arriba), aunque no me para de lanzar miraditas. Entonces me acerco, envalentonada, y le digo:

CATI: "¿Quieres también mi correo electrónico?"

Y va y me contesta sorprendidísimo y cortadísimo

MAYO: "Ah, pero tú tienes correo electrónico"??

CATI: (Le miro con cara de pero tú eres gili, tienen estas señoras no voy a tener yo. Qué treintañero de hoy en día no tiene mail?) " CLARO" (entonces entiendo que el tímido también es él)

MAYO: Ah, vale, pues también te lo envío. Es una obra de teatro de un amigo que quiere saber la opinión de los lectores.

CATI: Qué curioso. Yo hago teatro

MAYO: ¿Ah, si?....

Y entablamos una conversación de 2 minutos interrumpida cada dos segundos por una maruja con la insensibilidad suficiente para captar que estábamos en pleno tonteo sensuarr.

MAYO: "¿Este es tu correo?...a ver, deletreámelo....

Y yo toda ilusa y ufana por mi nueva conquista primaveral me voy a casa imaginando un próximo mail suyo cargado de pasión y romanticismo.

Y qué me encuentro hoy? El mail se lo ha dado al colega teatrista, que ha sido quien me ha enviado la obra en cuestión, que por supuesto, NO he leído.

De Mayo o el lenguaje de las flores, ni rastro.
Estará en el Pirineo levitando.